las vitaminas del sexo (1ª parte)

Me escribe una seguidora de redes:

Irene ¿me puedes recomendar algo para la falta de ganas? tengo 2 niños, 1 empleo y 1 marido. A mí no me apetecía ya entre el primero y el segundo.

Pero ¿Qué es lo que no te apetecía? ¿Que te mimaran? ¿Que te calentaran despacito? ¿Que te masajearan todo el cuerpo? ¿Que te acariciaran morosamente? ¿Que no hubiera prisa y que se pudiera hacer ruido? ¿De verdad no te apetecen los besos en el cuello? ¿De verdad no te apetece cerrar los ojos y disfrutar? ¿No te apetece tumbarte y que se te humedezca el sexo con su saliva? ¿Sentir la lengua, el juguete, sus genitales recorriendo tus zonas erógenas? ¿Escuchar gemidos y palabras de amor?…

¿O es que lo que “no te apetece” es una penetración vaginal después de 3 minutos de abrazarse, besarse y acariciar un poco las nalgas (por este orden)?

Te voy a ser muy sincera: las vitaminas del sexo se llaman tiempo libre y descanso. Y el complemento ideal es cualquier a de estos, que no los puedes comprar en una tienda:

  • el reparto de tareas domésticas
  • recados, gestiones (la forma neoliberal de obviar las tareas de cuidado de la economía doméstica)
  • la distribución equitativa del cuidado emocional, psicológico y soporte vital (alimentación, higiene…) de todos los seres de la casa (criaturas humanas y no humanas, personas dependientes…)
  • el reparto igualitario 50-50 de la carga mental

Amiga heterosexual: estas vitaminas que te propongo se llaman “despatriarcalizar los cuidados y corresponsabilidad”.  Las vitaminas del sexo se llaman tener tiempo para dormir. Dormir seguido. Dormir lo que una adulta en edad fértil necesita. El complemento vitamínico es tu pareja. Y el suplemento booster es el coaching sexual y de pareja para salir de la situación de mi mano. También te recomiendo empezar leyendo este otro post sobre parejas y este curso de mi tienda con las soluciones de una verdadera experta.

Además, como experta te digo que probablemente el segundo paso después de descansar y tener tiempo de ocio es nutrirte bien. Y aquí es donde entran muchas posibilidades recomendadas por las nutricionistas expertas en salud hormonal femenina. Te hablaré de ellas en el siguiente post, porque los complementos y “adaptógenos” están ahí para servirnos.