Saber vivir mejor con endometriosis

¿Tienes fimosis? Igual no tienes resuelto un conflicto emocional con tu padre.

Ridículo, ¿verdad? Pues así nos la intentan colar a las enfermas de endometriosis y otros trastornos ginecológicos (las mujeres nunca se quitan la sospecha de estar somatizando algo, nunca…) algunas personas del entorno de la medicina integrativa y holística (otras personas son profesionales, serias, y atienden a las certezas que ya tenemos sobre la endometriosis).

Este post va en tres partes y ha sido escrito tras una polémica sobre un enfoque que me parece negativo para las enfermas de endometriosis y además viene de una persona con conflicto de interés, que edita una publicación de enfoque holístico. Todo mal: autora del post no es paciente, en un grupo de apoyo mutuo para pacientes, hace publicidad además de algo sin base científica… En concreto, la llamada biodescodificación, que vendría a atribuir el origen de la endometriosis (bueno, y hasta de la rinitis) a:

las emociones son siempre subjetivas y es en esa subjetividad donde cada una tendrá que indagar su propia realidad.

Que yo, que a veces puedo ser muy bruta y (espero) divertida, traduzco a lenguaje 2016, no milenarista, como:

“Culpabilizarnos de haber desarrollado la endometriosis por unos traumas que no habríamos sabido gestionar como adultas”. 

  • Si a vuestro padre le dijeran que tienen que mirarse su relación con su padre para sanar su fimosis nos reiríamos, ¿verdad? pues ya está bien de que “a las mujeres siempre nos pase algo emocional” y nuestra enfermedad, la endometriosis, no sea considerada algo no psicosomático. en lo individual, que cada cual se aferre a lo que pueda (a Dios, a la energía femenina como María Leoncia…) pero no le hagamos el caldo gordo a quienes tendrían que atendernos, investigar y encontrar soluciones. La endometriosis es un tumor benigno. No culpabilicemos a las emociones de su origen.
  • Si camino de sanación = curación de endometriosis es mentira, lo siento mucho (¡por no hablar del léxico religioso! Para mí no tiene cabida en medicina). ¿Hay remisión de síntomas? ¡me alegro! pero no engañemos. La vivencia emocional de una enfermedad crónica es durísima y se necesita trabajar las emociones. Cito a Carme Varela:

(…) todas estas teorías me suenan muchísimo a aquellos viejos libros de ginecología de los años treinta en los que no se describía la endometriosis pero nuestros síntomas estaban reflejados en un apartado que se titulaba más o menos “Problemas ginecológicos de las enfermas lábiles mentales”. Las palabras ya no son las mismas, porque no las toleraríamos pero el soniquete de la canción se parece. En todo caso, fuera de la medicina tradicional, -que tengo que reconocer que con nosotras está en pañales-, cada una debe hacer lo que le funcione: si rezarle a San Benitiño te funciona, rézale! si seguir la dieta de la cúrcuma te funciona, cúrcuma! si darte un baño de nueve olas en la playa de la Lanzada te funciona vete en la noche del solsticio de verano y chapotea! pero claro, de ahí, a elevar eso a una fórmula para el resto de la humanidad sin otra comprobación científica… me parece poco fiable y a mi genética gallega -y por lo tanto desconfiada- no me lo permite.

Con todos mis respetos hacia las situaciones particulares, experiencias vitales de violencia ginecológica, soluciones que cada cual individualmente encuentre, este post se centra en que las afectadas de endometriosis debemos dar de lado a enfoques holísticos que no son terapéuticos ni empoderadores con las mujeres. Pacientes como tú o yo que dejan de hacerse revisiones y de tratarse cosas operables por llevar esto al extremo. La imposición de manos/reiki no es una cura, la biología ortomolecular no es una cura, la histerectomía no es una cura, la homeopatía no es una cura, el cerazette no es una cura. A eso me refiero, a que nos informemos de todas las buenas investigaciones y tratamientos, convencionales y complementarios, alopáticos u holísticos, que sí funcionan y se han estudiado sin efectos secundarios graves o reacciones adversas.

Desde luego no todas las cosas de la vida las voy a probar para saber si me convienen o no. Por ejemplo, el puenting, la cicuta… son cosas que, con los datos en la mano, puedo saber a ciencia cierta si me conviene probarlos… Y la respuesta es no. Confío, sí, en un enfoque holístico basado en lo que ya sabemos de fisiopatología, biología molecular, tóxicos ambientales, genética y psicología de la endometriosis. Cada cual escoge pero no, lo siento, una curandera no va a sanar la endometriosis. Tampoco un ginecólogo va a curar la endometriosis. Cuanto más sepamos las enfermas menos gente se lucrará con nuestro dolor. El efecto placebo existe en toda la medicina, convencional y holística, y se cuantifica en un 30 o incluso un 50% en el dolor crónico. Evidentemente que a quienes acuden a la medicina alternativa les funciona: si no, serían masoquistas gastándose el dinero y aún con dolor. De particular turbiedad es el hecho de que estos enfoques se presenten como marcas registradas (Bioneuroemoción®, BioDescodificación®).

Que “funcione” (expresión vaga donde las haya) no quiere decir que sea efectivo el enfoque en sí. Probablemente es efectiva la atención y el mero hecho de contar con un apoyo psicoterapéutico para sobrellevar la enfermedad. Las emociones y el dolor son subjetivas; eso no quiere decir que no sean reales. Esto es lo que el sistema sanitario y la medicina ha de abordar y los buenos profesionales hacen ya. No hace falta irse al linaje materno. Os diré cómo influye el linaje materno en la endometriosis: aumentando de 1 a 6 las probabilidades de sufrir endometriosis si una pariente por vía materna tiene endometriosis. O cómo influye la etnia: aumentando las probabilidades de las mujeres de color de sufrir miomas. Hay genética y epigenética. Y por supuesto maneras de afrontar la depresión y la ansiedad que generan la incertidumbre, las teorías contrapuestas de unas y otras ecuelas, la ginecológica incluida, y la incomprensión familiar, laboral y social. Esa es una carga muy grande, no hace falta inventarse codificaciones al margen de ADN y RNA. La expresión genética de la endo se está estudiando y entonces veremos si el problema es que no sabemos manejar nuestras emociones. Más fuerza colectiva como enfermas, que no nos creamos teorías mágicas.

Ya maltrataron en los 70 y 80 a las enfermas/os de cáncer con el tema de padecer conflictos emocionales (La enfermedad y sus demonios, inefable obra de Sarandon) y luego se descubrió el factor genético y de contaminación ambiental. Al igual que ha pasado con la endo. El horóscopo está bien para unas risas, todo lo que nos consuele o ayude en la depresión y angustia, bienvenido sea, pero no al coste de dejar la salud de lado y hundirnos más en la miseria leyendo perlas como éstas:

“Nido, casa, hogar, nutrición, afecto…

El útero representa el nido, la casa, la privacidad y seguridad que anhela y necesita la madre para proporcionar el ambiente familiar ideal a su futuro hijo. Cualquier síntoma referido a esa parte de su cuerpo desvela, como hemos visto, la existencia de conflictos emocionales que la limitan en sus deseos y capacidades como generadora de vida. Conflictos que comprometen seriamente su función materna y que delatan cómo vive y siente su relación de pareja.

 La mujer que sufre cualquiera de las enfermedades vinculadas al útero debe tomar conciencia de las circunstancias de su Proyecto Sentido, de las posibles memorias transgeneracionales a las que está expuesta y, por supuesto, de esos miedos e incertidumbres que le están bloqueando. A partir de esa toma de conciencia podrá realizar los cambios necesarios en su vida para liberarse y realizarse en coherencia y plenitud”.

Actualización: cumplida la penitencia de bloqueo de 24h por reporte en Facebook. Así se las gastan las terapias alternativas. Igual de patriarcales que las convencionales.