El coaching de salud y los pacientes

[vc_row css=”.vc_custom_1434367571074{margin-bottom: 55px !important;}”][vc_column][vc_column_text]Muchas personas me han preguntado cómo podría ayudarles un coach de salud y sexualidad en la vivencia de su enfermedad, en concreto de la endometriosis. He decidido abrir este post para intentar explicar mejor lo que hace una coach de salud y sexualidad. Doy por hecho que ya te has leído la política de contenidos médicos y todas las exenciones de responsabilidad. Así que me queda por responder a menos preguntas????

Dado que los coaches de salud no tienen ni la regulación del estudio ni la responsabilidad, ante la ley española, para diagnosticar y/o tratar pacientes, nuestra labor sólo puede ser la de un acompañamiento ético que ahorre tiempo y sufrimiento a nuestras coachees. En todos los casos (clientes/coachees) se mantiene una vinculación con un profesional de la sanidad. Este profesional sanitario puede ser: un médico de atención primaria, especialista (normalmente ginecología), fisioterapeuta, psicólogo, psiquiatra. Es este profesional quien tiene la responsabilidad del diagnóstico y tratamiento. También debería ser su labor el ofrecer información exhaustiva y actualizada y pronóstico a la paciente, información que pueda orientarla en la toma de decisiones sobre su proceso de enfermedad.

Sin embargo, esto no siempre es así, por desgracia. La información fiable, contrastada y con una perspectiva sistémica de las enfermedades “femeninas” brilla por su ausencia, lo que lleva a falta de adherencia a los tratamientos convencionales y a lanzarse a las medicinas complementarias. En la intersección entre la terapéutica y las pseudociencias estamos los coaches y educadores especializados en salud y sexualidad.[/vc_column_text][vc_row_inner][vc_column_inner width=”1/2″][vc_single_image image=”2128″ img_size=”large” alignment=”right”][/vc_column_inner][vc_column_inner width=”1/2″][vc_column_text]Éste es el aspecto de una coach de salud????[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row css=”.vc_custom_1434367606190{margin-bottom: 55px !important;}”][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]

Como coaches tenemos un compromiso con nuestros clientes para el cambio de sus hábitos de vida hacia unos más saludables, en función de sus objetivos vitales. Hemos de hacer equipo tanto con la coachee (clienta) como con el personal sanitario. Somos quienes traducimos los requerimientos médicos al estilo de vida y creencias de la paciente.

En este círculo virtuoso, las coaches de salud enviamos a nuestras pacientes/clientas a los médicos y/o especialistas adecuados (por ejemplo, médicos nutricionistas o endocrinos) para que les hagan un diagnóstico apropiado. Los profesionales sanitarios, por su parte, pueden derivar a sus pacientes a sesiones de coaching para la salud y coaching sexual como una manera de aumentar la adherencia al tratamiento, tratar el estrés y la incertidumbre ante el procedimiento sanitario, mejorar los hábitos de pensamiento y por lo tanto profundizar en la mejora de la salud en el largo plazo. Esas son algunas de las cuestiones que muchas veces un médico no dispone del tiempo suficiente para tratar en consulta pero que, evidentemente, necesitan un acompañamiento y una atención, tanto de la propia paciente como, a veces, del profesional mismo.

 

[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/2″][vc_single_image image=”2129″ img_size=”medium”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]La línea maestra que nos guía al profesional sanitario y a mí como coach es el bienestar de la paciente. Es importante añadir que el coach de salud no está supeditado al profesional sanitario, sino que somos complementarios. Nuestro objetivo también es la recuperación de la salud de la paciente/coachee, lo más rápido posible. El profesional sanitario diagnostica y ofrece alternativas de tratamiento; el coach de salud, con los informes médicos, puede comenzar su labor conociendo qué tipo de dolencias y síntomas tiene la persona que ha recurrido a él como cliente/coachee. Si el profesional sanitario quiere, puede aportar su punto de vista o aspecto que él crea interesantes a trabajar, pero con total libertad por parte del coach y de su clienta a orientar el proceso de coaching como crea oportuna.

Los límites del acuerdo de coaching los marca la clienta en función de sus objetivos. Las coaches de salud muchas veces mejoramos como “efecto secundario” la autoestima y autoeficacia de las pacientes de esos profesionales sanitarios, que muchas veces está  “herida” por la incomprensión, la ignorancia o una cirugía. Los coaches de salud partimos de la base de que ellas, las mujeres que nos consultan, tienen fortaleza para tomar las riendas de sus vidas, pueden ser “gestoras de su propia salud”[/vc_column_text][vc_single_image image=”2130″ img_size=”full” alignment=”center”][vc_column_text]Como dice Natividad Alcalde,  “El Coach puede hacer justamente hincapié en estos aspectos y acompañar a la persona para que recupere sus componentes de la salud. El cuerpo humano es un sistema con un nivel increíble de coordinación física y bioquímica. Sin embargo, estos procesos son alterados por lo que hacemos conscientemente, por lo que pensamos, sentimos o reaccionamos. Nuestros pensamientos y emociones pertenecen al grupo de factores que pueden catalizar procesos de salud. Hay que recordar que salud es algo más que ausencia de dolor. La persona auténticamente sana es la que tiene ilusión por las cosas. Es creativa, alegre y con deseos de vivir. Si la tristeza y la desilusión se asientan en nuestro interior, habremos comenzado el camino hacia el deterioro. Si esto es así, dado el sello dinámico y dual de todos los procesos, quiere decir que al revés también funciona. Es decir, nuestros pensamientos y reacciones pueden inducir al equilibrio del sistema y reparar un funcionamiento deficiente”.

Un buen entrenamiento nos ayudará a lograr estas mejoras y a sentirnos satisfechos con nosotros mismos, al haber participado activamente en la recuperación de nuestra salud, en lugar de dejar que alguien ajeno a nosotros cargue con la responsabilidad de devolvernos nuestro bienestar.

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